Breve
comunicado para el viaje
Instrucciones para casos de
emergencia
que tal vez puedan darse en pleno
vuelo:
si por mala suerte o insidia de la
empresa
se sienta lejos de su acompañante
hágale periódicas visitas, aunque
interrumpa
los retrocesos y avances del carro
de bebidas.
Si es hombre, no invada el espacio
de ambos lados
con sus brazos y sus piernas
expandidas;
si es mujer, proteste: no permita
que los hombres
ejerzan de invasores con su espacio
personal
según su ya enraizada, histórica
costumbre.
Crea en Dios si cree que eso le
ayuda
en los momentos clave del despegue
y del aterrizaje. Puede ir mirando
por la ventanilla y comprobar que el mundo
está lejos, muy abajo, y que su piel
se
extiende en preocupantes claros,
llanuras pardas y las manchas de
color por que respira.
Respete al personal: tampoco ellas
ni ellos
disfrutan viajando encajonados en el
espacio exiguo
que reservan al pasaje los creadores
de este ataúd volante, al precio de
oro
que cuesta cada asiento y cada
bocanada de aire.
Pero consuélese: puede usted comprar
perfumes
y bebidas alcohólicas libres de
impuestos casi por completo;
puede
participar en alguno de nuestros magníficos concursos,
nuestras
promociones repetidas hasta la saciedad
pero
no por ello menos impresionantes. Hay grandes premios.
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